lundi 19 mars 2007

3 en 1. II parte

II parte.
Qué comes que adivinas?

Hace al menos 8 dias que no se le acerca, que no lo toca, no lo mira a los ojos, no sonrie, que solo habla para decirle buenas noches o buenos dias.

Hace una semana que pidio licencia medica en el trabajo y se queda sola en casa a mirar por la ventana. Asi esta cuando él se va temprano y asi esta cuando él regresa, al final del dia.

No tiene expresion triste ni enojada; de hecho, no hay expresion alguna en su rostro palido que parece haber envejecido unos 5 anos en estos ultimos dias. Su mirada parece vacia o nostalgica, la verdad es dificil descifrarla, pero es evidente que alguna cosa le ha removido lo mas profundo de sus estructuras, de sus soportes emocionales, de su configuracion del mundo.

O tal vez no. Tal vez solo esta dormida, hipnotizada, en estado de letargo o hivernacion de alegria.

Lo que es evidente, eso si, es que no es la misma chica sonriente y conversadora, hiperkinética y alegre que solia ser. Eso si esta claro.

A las 20.30 llega él. Se saca el impermeable, deja su maletin sobre la silla, al lado de la puerta. Parece que por primera vez en 2 semanas la ve en verdad. Se sacude el pelo un poco mojado por la lluvia, tose 2 veces y carraspea como para que ella lo mire y lo salude antes que él le dirija la palabra. Contrariado por el nulo feedback, camina los 4 pasos que separan el hall de acceso del sofa en que ella esta sentada mirando por la ventana.

Comienza a decirle que esta cansado y que le duele la espalda, que en el trabajo ha tenido muchos problemas y que el ascenso, lejos de tenerlo en mejor posicion, no ha hecho sino cargarlo de responsabilidades extra –le dice lo de siempre- que esta vida es una mierda y que cualquier dia se va a dar un balazo en la boca, porque nada vale la pena.

Y cuando él dice "nada" pone tanto énfasis en la palabra, que a ella le da escalofrio, pero su unica reaccion visible es la piel, que se le eriza.

El se sienta en el apoya-brazo del sofa, le toma el pelo con la mano derecha despejando su cuello –tose un par de veces mas y maldice el clima de esa ciudad- le da un beso cerca de la nuca mientras con la mano izquierda le sujeta un pecho.

Ella no tiene ninguna reaccion.

El se para frente a ella sin disimular su disgusto y, haciendo gala de toda su sensibilidad y comprension, enuncia con aire desafiante y omnisapiente, la frase con que se consagra: "Mhh… a mi no me enganas… a ti te pasa algo, verdad?"



(teclado anormal, no hay acentos decentes aqui :P)

3 commentaires:

Angel y Demonio a dit…

Era como para conetstarle algo así como "qué comes que adivinas, ehhh??" Bah! Hombres. :/

Abrazo amiga!

huelladeperro a dit…

Muy muy triste. Y ahora ella, que no sabemos qué razones tenía para estar pensativa, ensimismada y ausente, tendrá nuevas razones para aislarse, pues habrá descubierto que él no es el compañero que ella soñaba tener a su lado.
Él, si ella mantiene durante algunas semanas más esa actitud ausente e indiferente, puede llegar a pensar que ella no es la mujer que había creído, una especie de madre substituta para vivir protegido el resto de su vida adulta.
O tal vez decida que los problemas de ella requieren de ayuda especializada, y delegue en las instituciones, y la convenza para ponerse en manos de un psiquiatra (j'ai vu ça très recentment).
Ojalá yo, o tú, o alguno de nosotros, o alguien en el mundo, sea capaz de poner remedio a tanto malestar...

Real-X a dit…

por que no simplemente nos dicen que les afecta y listo vemos como remediamos el asunto...

besos...

PS los hombres somos menos receptivos que ustedes mujeres y a veces no nos damos cuenta de que la estamos cagando (regresando a lo escatológico)... hablando se entiende la gente... pero hermoso cuento...

... cave canem ... cave canem ... cave canem ... cave canem ... cave canem ...