lundi 2 novembre 2009

es que no sé...

No sé.
Asi parte cada ciclo en mis bitacoras antiguas. Cada vez que me encuentro frente a una bifurcacion mas o menos trascendental y comienzan las ecuaciones mentales, los pro y los contra, las argumentaciones de todos los pequeños mundos que conviven en mi universo cerebral ademas de "yo", esa especie de figura divina a medias que me otorga, por una parte, la omnipotencia y la omnipresencia, pero me niega lo basico para "poder" y "estar" : la omnisciencia.
Y esta bien, porque saberlo todo no tiene sentido, elimina la componente de aprendizaje y sin eso la vida es como habitar un recuerdo, estar encerrado en el pasado perpetuo inmutable.
Me ducho y mientras esparramo la espuma con la esponja (la neurosis me enfatiza la asepsia), deleitada en el calorcito del agua y absorta en los aromas de tanto producto cosmético, veo mis brazos, mis pies, rodillas, muslos.
Si estuviera embarazada no veria mis rodillas.
Ni estaria pensando en ir a Myanmar o a Marruecos. O a Bélgica o a Guatemala, o a España, Italia, un bosque, la playa, la patagonia, el desierto.
Si estuviera embarazada me picaria la piel del vientre porque se estiraria mucho y seguramente le aparecerian estrias. Se me hincharian los pies y tendria calambres (lo dicen todas mis amigas que se han embarazado en los ultimos 5 años o mas). Comezon incluso en las pechugas. Retencion de liquidos.
Si tuviera una hija o un hijo estaria orgullosa de verlo ser integro, respetuoso, lucido, honesto. Estaria extasiada de verlo aprender, descubrir (sus dedos y pies primero, su cuna - limite geografico, después...)
Tendria miedo de ser (demasiado) aprehensiva y traspasarle mis miedos, sobretodo eso.
Porque no quiero reproducirme, sino quizas tener un hijo.
Quizas.
No quiero ni imaginar que un hijo se transformara en una manera perfecta de ser siempre necesitada, indispensable e irreemplazable, de ser querida gratuita y perpetuamente, de ser buscada hasta la saciedad. No quiero que un hijo se transforme en una justificacion, en un motor, en una razon de existir ya que la razon debe estar en mi siempre y antes, no puede cargarse al otro esa responsabilidad, menos a un hijo. Un hijo debe ser libre de mi y yo de él.
Y no porque tema a la union, al vinculo profundo, a la complicidad del compromiso del amor, sino porque no quiero crear dependencias que limiten su capacidad de aprender, de defenderse, de deducir, de superar(se), de respetar.
Quiero tener un hijo?
He tenido tanto tiempo para pensarlo, que ya no tengo mucho mas tiempo para decidirlo.
No sé.
Pienso en las conversaciones silenciosas con mi hijo en gestacion, pienso en observar sus patitas minusculas y redondas, pienso poner mi indice entre sus manitos, pienso en dibujar cuentos completos en los muros de su pieza, en ver sus ojos abiertos como aceitunas. Pienso en mi.
Y no se trata de mi, no? se trata de él (o ella)
Como sera darme un abrazo si llevo 8 meses de gestacion? yo naci de 54 cm (o 56, no sé) y abultaba mucho la panza de mi mama.
Qué se sentira al descubrir que un hijo hace cosas que uno mismo hacia de niño?
Qué sentiria si un hijo mio quisiera ser arquitecto, como yo?
Me costara tanto como a mi padre descubrir un dia que en ciertas cosas mi hijo sabe o entiende mas que yo?
Amara, mi hijo, sentarse frente al mar y sentir la sal de las olas en los labios? imaginar el infinito en el horizonte? alucinar con la perfecta enormidad del universo? o preferira colgarse de un arbol aun después de 150 mil advertencias? comer carne asada, tomar coca-cola y ver tele?
Se estremecera con el sonido del silencio, quizas?
Mira, mi amor, si lanzas esta piedra plana de lado sobre el agua, no se hundira inmediatamente, sino que dara saltitos. El que hace mas "patitos" gana, ya?
Quieres ayudarme a preparar un postre? quieres que hagamos una casita de carton?
Ya, cosita hermosa, mi cielo, no tengas miedo, no hay nada que pueda hacerte daño, son solo las sombras de la cortina sobre el muro, mira...
Y a pesar de todo, no sé.

3 commentaires:

Georgells a dit…

... o quizá ya lo sabe y sencillamente no quiere enfrentarlo...

Pones frases en verdad entrañables en tu texto: "Un hijo debe ser libre de mi y yo de él", "... no quiero reproducirme, sino quizá tener un hijo", "¿Se estremecerá con el sonido del silencio, quizá?"

Sin duda alguna una hija o un hijo es la gran aventura de la vida. Y también la gran carga de la vida. Ver sólo una de ambas partes es irreal y puede ser peligroso. Tener un hijo implica compromisos, ingresos, restricciones... pero también ofrece un inmenso desarrollo en lo personal. Aprendemos a ser adultos hasta que tenemos enfrente a un bebé que nos enseña lo que significa de nuevo lo que es ser niños...

Sea la decisión que hayas tomado... y sea lo que sea que decida tu hija/o hacer (por que existe la posibilidad finita de que adore la Ciencia Ficción, tema al mar y a los árboles, sea excelente en Matemáticas y sueñe con ser un importante banquero... ;)

Sea lo que sea que te depare la vida, celebro que ese sea tu dilema hoy. Por que es de las pocas cosas en la vida, que en verdad vale la pena plantearse.

Un abrazo!

G.

raindrop a dit…

A la pregunta que te planteas, la respuesta más evidente puede ser esa misma: "no sé". Porque... ¿quién sabe realmente?
Los inconscientes ni se lo plantean. Tienen hijos y ya está. Pero plantearse tener un hijo... uf! Que sí, que uno puede desearlo mucho, con todas sus fuerzas, con todas sus ganas... pero aun así... "no sé". Es difícil saber.
Yo, que ya he tomado una decisión, tampoco sé. Y menos después de leer lo que has escrito, que me remueve las entrañas de tal forma y me agita tanto que vuelve a levantar todo el poso de frágiles certezas sedimentado en el fondo de mi recipiente con los años de vagos razonamientos y enturbia nuevamente el líquido de mi ser con nuevas dudas que nunca se resuelven. No sé y no sabré.

Qué manera de escribir. Qué cuchillada sutil, dulce y desgarradora la que me endosas entre las tripas cada vez que sucumbo al hechizo de tus palabras. No sé cómo lo haces, pero es así. Ya soy adicto a tus textos en los que me miro como en un espejo que sólo cuenta la verdad descarnada. Sin tapujos. Sin concesiones.

A tus pies
R

Jorge a dit…

Comprensible no sé.

Yo sí quiero tener hijos pero bajo ciertas condiciones. Quiero estar enamorado de mi pareja y que ella lo esté de mí, que ella sea mi mejor amiga, compinche, confidente… Y esto se dice pronto y sabemos que lleva su tiempo de maceración imprescindible para no confundir deslumbramiento con amor. Quiero que la madre haga de madre. No quiero que llegue exhausta de su trabajo, con la cabeza como un bombo de los problemas del curro y lo pague con su hijo sin querer. Tampoco quiero eso para mi, y más: el estrés, el tener que bajarse los pantalones para poder pagar todos los gastos que conlleva un niño y el tipo de vida que deseo llevar. Quiero una vida pausada, con desayunos largos, las comidas a fuego lento, conversaciones–discusiones que puedan ser terminadas y no se queden pendientes porque hay que.... Quiero jugar con mi hijo. Quiero que nos vea haciendo el amor, quiero que sepa como nació. Quiero educarlo yo o en una de esas escuelas “familiares”. Quiero enseñarlo a nadar, esquiar, leer, pintar, tai chi, hacer un huevo frito. Quiero hablar de dios, drogas, sexo… con él. Quiero que viajemos mucho, no como turistas, sino quedarnos temporadas largas a vivir en diferentes países del mundo. Y blablabla… Este tipo de vida tiene un precio, y no solo económico. Ser pobre es una puta mierda.

... cave canem ... cave canem ... cave canem ... cave canem ... cave canem ...