vendredi 2 octobre 2009

Antes de la palabra

Mi papa no queria acercarse por nada del mundo a un computador. Alergia le daba, casi. Insisti no sé cuantas veces enfatizando en todos los lados positivos de estos bichos cibernéticos hasta que, un dia, ocurrio el milagro : me llego un e-mail de mi viejo.

Después se animo, incluso, a escribir en forma de cuentos, muchas de sus experiencias de vida situadas, en su mayoria, en un dulce pasado hiperactivo que sé que añora profunda y dulcemente. Estos cuentos los puso en un blog que le abri y se entusiasmaba como niño chico al ver, en el mapita de tracking de las ip, puntitos en distintas partes del mundo.

Siento que mi papa se ha redescubierto escribiendo. Yo siempre supe que se le daba naturalmente, pero él insistia en que no tenia las aptitudes, que no tenia los conocimientos, que no tenia... Yo le peleaba eternamente con que la falsa modestia (me) es repulsiva y que era obvio que él veia su "don" pero por miedo a tener cualquier error preferia hacer como si no...

Hostigosa, como suelo ser con las personas que me interesan, consegui que escribiera. Por lo demas, qué podia perder? él no vive de escribir y si se lanzaba seria por satisfaccion y exploracion personal, por darse el gusto de dejar testimonio, por compartir. Tenia todo por ganar!

Escribio y escribio e hizo suficientes cuentos como para hacer un libro! y quiere imprimir algunos ejemplares para los amigos, la familia... Hace unos dias me pidio que escribiera un prologo para su libro. Tarea titanesca, considerando para quién es, porque sé que cada palabra mia a ellos, mis padres, les significa un mundo completo.

No sé si lo que estoy escribiéndole esté à la hauteur de sus expectativas y me da pena que espere algo diferente (mejor), pero NO PUEDO dejar que ese miedo a fracasar o a decepcionar o a, simplemente, no ser "tan buena" como imagino que los demas esperan que sea, deje a mi papa sin su prologo. No tengo ese derecho.

Asi que me lanzo no mas con una presentacion al libro de mi papa, libro que yo misma "bauticé" en una conversacion con él, como "Cuentos que no se cuentan" ya que, en muchos de sus finales, concluye con la idea que "de esta historia nunca nadie supo nada"...


El libro que tiene usted en sus manos, es más que una simple recopilación de relatos del autor. "Cuentos que no se cuentan" es como afinar una guitarra, abrir la ventana que nunca se abre y dejar entrar la brisa fresca, abrigarse las manos entumecidas alrededor de un café humeante, el frenético batir de la cola de nuestro perro al recibirnos en casa…


Leer es un arte delicado y sutil que regala, cada vez, la melodía de una idea, la armonía de un recuerdo. Esta lectura se da naturalmente y con placer: cada cuento es una nota y todos ellos son la canción de una vida, de muchas vidas, de la vida.


Las historias muestran un universo pasado que se descubre tan presente, refrescando para algunos los recuerdos o bien enseñando mundos escondidos. Y cada una se abre, generosa, para nutrirse de la contribución que el lector haga en su imaginación.


Los personajes y sus aventuras, esperanzas, arrepentimientos y aprendizajes son tan reconocibles, que el libro se siente propio: siempre estuvo ahí, siempre hizo parte de la vida a través de un amigo, de un pariente, de la propia experiencia.


"Cuentos que no se cuentan" se instala cómodamente en sus manos porque ellas le pertenecen. Su lugar natural es la caricia en cada página que da paso a la siguiente, la sonrisa que adorna un párrafo, la lágrima que, caiga o no, se esconde en otro.


Porque nacen de la vida misma, cada historia concentra en sí la simplicidad y lo inextricable de la naturaleza humana en sus más diversas manifestaciones. Sus personajes se mueven con la fluidez de lo que les es natural: no hay imágenes forzadas, no hay escenarios improbables, no hay superposiciones impuestas.


Y no se cuentan, estos cuentos, porque hay entre el autor y cada personaje un pacto sagrado de confianza que es heredado aquí a cada lector. La forma escrita conserva el secreto y salva la memoria de subrepticias traiciones orales. Tiene usted entre sus manos un verdadero privilegio, un compromiso…


Personalmente, los "Cuentos que no se cuentan" son los más confiables compañeros de viaje, moralejas tácitas de aprender la vida, porque fueron el contexto mudo y parcialmente adivinado de gran parte de mi infancia así como son hoy parte de una fortaleza, un nuevo y maravilloso vínculo irrompible con mi Padre, el autor.


Déjese acompañar por las historias que dibujan estas líneas, déjese llevar a una memoria colectiva y deléitese en el placer de reconocer la realidad más compleja y más escondida: aquélla de la cotidianeidad de las personas comunes. Como Usted, como yo, como quién ha sabido rescatarla para nosotros bajo la amigable forma de un cuento.


7 commentaires:

raindrop a dit…

El prólogo bien podría haber sido el post completo, porque me parece tan atractivo el prólogo al prólogo, como el prólogo propiamente dicho.

Me ha resultado curioso que temieras no estar a la altura de las expectativas, de creer que no serías capaz de algo mejor... jajaja no imaginas lo repulsiva que (me) es la falsa modestia ;D
Excelente, P. Si yo fuera tu papi, no podría sentirme más orgulloso. Ni más satisfecho :D

muchos besos

P a dit…

jajajajajajjaa nooo, no puedes argumentarme con mi argumento!! escribiendo eso me di cuenta que lo de mi papa tal vez - y solo tal vez - no era falsa molestia sino genuina inseguridad sin base real y que yo DEBO ser mas indulgente ;)

raindrop a dit…

jajaja entiendo
:D

montañas de cariño de mí pa'ti

P a dit…

ay, ya sé.. soy muy bruta!! jajajajajajaaaa
idem las montañas en camino de regreso. bisou

huelladeperro a dit…

Y ahora que me pusiste los dientes largos (¡bien largos!) ¿cómo hago para leer los cuentos? hein ?

Bisous pour toi volando à travers mers !

Jorge a dit…

Precioso, como el anterior.

Jorge a dit…

Me siento feliz al leerte

... cave canem ... cave canem ... cave canem ... cave canem ... cave canem ...